Ciencia: ¿favorable, confiado, admirado?
Desde una perspectiva general y holística, mi actitud hacia la ciencia en torno a los tres ejes propuestos se puede considerar favorable, confiada y admirativa. Sin embargo, si me paso a pensar con detenimiento cada uno de esos aspectos me doy cuenta de que hay diversos matices y algo de escepticismo.
Soy favorable a la ciencia, mucho. Soy favorable a una sociedad que invierta en ciencia y esté formada en ciencia. Y cuando hablo de ciencia, hablo de todo tipo de ciencia, no sólo de las llamadas “experimentales”. La alfabetización científica es un instrumento de transformación social y de mejora de la sociedad. El conocimiento científico nos ha permito, en gran parte, ser la sociedad que somos hoy día, con sus avances tecnológicos, biomédicos y sociales. Sin ciencia este posgrado no sería posible. Por todo ello, mi postura es favorable a la ciencia, pero con matices. El primero es que no todo el conocimiento debe ser científico, dependerá de lo que estemos estudiando o formando. El segundo es que en ciencia no todo vale y hay unos límites, especialmente éticos, que deben ser respetados. El tercero, y ya lo avanzaba anteriormente, es que ciencia es todo aquello que emplee el método científico, por lo tanto, deben estar incluidas las ciencias sociales y humanas siempre que hablemos de ciencia.
¿Confío en la ciencia? Sí, mucho, pero no siempre. No todo lo que lleva el sello de ciencia lo es y, como buen científico, es necesaria una actitud escéptica sobre lo que se ve y lee antes de creérselo a pies juntillas. No sólo aquello que parece ciencia lo es (por ejemplo, la bioneuroemoción) ni todo lo que se hace en ciencia se debe confiar. Debemos tener el conocimiento científico como algo temporal y sujeto a cambio por la propia naturaleza del método científico. Hasta que no se demuestre que algo no funciona mantenemos esa teoría. Pero es que también tenemos niveles de evidencia, no se puede confiar igual en un estudio descriptivo que en un meta-análisis, por lo que este es un aspecto importante para confiar en la ciencia. Además, no todo vale en ciencia, la ética, que ya comenté anteriormente, debe estar presente en cualquier investigación científica y ser la línea roja que nunca debe sobrepasarse. Si esa línea no se pasa y se emplea el método científico con unos resultados válidos y fiables, entonces mi actitud de confianza será plena.
Por último, mi disposición hacia la ciencia es de admiración. El esfuerzo que implica aplicar el método científico para llegar a unos resultados y conclusiones en un estudio tiene toda mi admiración. Es una tarea ardua, llena de obstáculos, pero muy gratificante. No obstante, los miles de investigaciones que se hacen por todo el mundo no valen nada si no se difunden y comunican. La sociedad suele valorar muy alto al personal dedicado a la ciencia, pero es compromiso de la comunidad científica dar a conocer lo que hace, máxime cuando mucho de su trabajo está sufragado por dinero público.
En definitiva, mi actitud es favorable a la ciencia, confiado en la ciencia y admirado por la ciencia, pero con matices. No todo vale en ciencia, ni todo lo que lleva el sello de ciencia es digno de confianza y admiración. La actitud de todo científico debe ser de escepticismo y curiosidad y esa es la que yo adopto con la propia ciencia en general.